Una orquídea es una planta preciosa y exótica, pero a veces parece que de repente pierde las hojas, se le caen las flores o incluso se muere del todo. La cuidas con cariño, ¿por qué se sigue muriendo? Que no cunda el pánico: la mayoría de las orquídeas no mueren de repente, sino que emiten señales de que algo va mal. En este blog leerás sobre las causas más comunes y lo que puedes hacer al respecto.
1. Demasiada o muy poca agua
La causa más común del declive de una orquídea es, con diferencia, un riego incorrecto. Demasiada agua provoca la pudrición de las raíces, mientras que muy poca agua hace que la planta se seque.
- El exceso de agua se reconoce por las raíces blandas y marrones y las hojas amarillas que se caen rápidamente.
- En cambio, la falta de agua provoca hojas arrugadas y raíces marchitas.
💡 Solución: dé a su orquídea una pequeña cantidad de agua desmineralizada una vez a la semana, o sumerja la maceta durante 15 minutos. Asegúrese de que el exceso de agua pueda drenar bien.
2. Ubicación incorrecta
A las orquídeas les gusta la luz, pero no la luz solar directa. ¿Pones la planta en un alféizar orientado al sur sin filtro? Entonces las hojas pueden quemarse. ¿Está colocada en un lugar demasiado oscuro? Entonces se detiene la floración y la planta se debilita lentamente.
💡 Solución: elige un lugar luminoso con luz solar indirecta, como una ventana orientada al este o al oeste. En verano, puede filtrar la luz más brillante con una cortina.
3. Humedad demasiado baja
Especialmente en invierno, cuando la calefacción está encendida, el aire interior se seca rápidamente. Para una planta tropical como la orquídea, esto supone todo un reto.
💡 Solución: ponga un humidificador en la habitación o coloque la orquídea en un recipiente con agua y guijarros (sin que la maceta toque el agua). También ayuda rociarla regularmente con agua desmineralizada.
4. Temperatura incorrecta
La mayoría de las orquídeas prosperan a una temperatura ambiente de entre 18 y 24 grados. Pero las corrientes de aire, las noches frías o los cambios bruscos de temperatura pueden ser perjudiciales.
💡 Solución: Evite las corrientes de aire, los alféizares fríos y los lugares cálidos cerca de la calefacción. Garantice una temperatura constante, sobre todo por la noche.
5. Tierra para macetas agotada o inadecuada
Las orquídeas no crecen en una maceta normal, sino en un sustrato aireado, normalmente corteza. Con el tiempo, este sustrato se descompone, permitiendo que llegue menos aire a las raíces.
💡 Solución: trasplante su orquídea cada dos o tres años en corteza fresca para orquídeas. Nunca utilice tierra normal para macetas.
6. No hay periodo de latencia
Algunas orquídeas, como Dendrobium y Catasetum, necesitan un periodo de descanso tras la floración. Si sigue regando como de costumbre, puede interferir en la recuperación.
💡 Solución: Infórmese bien sobre la especie que tiene. ¿Necesita su orquídea un período de descanso? Entonces póngala temporalmente en un lugar más fresco, riegue menos y espere a que crezca de nuevo.
Conclusión
Una orquídea moribunda rara vez está realmente muerta; normalmente está confundida, agotada o maltratada. Si presta atención a las señales que da su planta, a menudo podrá intervenir. Una orquídea sana recompensará su paciencia con flores exuberantes y hojas frescas y brillantes. Y no lo olvide: cometer errores forma parte del trato. Cada orquídea te enseña algo nuevo.