En la mitología griega hay una historia asociada a la orquídea. El mito simboliza la idea del deseo, la belleza y el castigo. Desde entonces, las orquídeas también se consideran regularmente un símbolo de fertilidad y lujuria.
Se trata de una breve historia sobre un joven llamado Orchis. Según la leyenda, Orchis era hijo de una ninfa y un sátiro. De la ninfa había heredado la belleza y del sátiro su naturaleza salvaje.
Durante una fiesta de Dionisos (dios del vino y la fertilidad), las cosas se torcieron. Orchis se confió demasiado y bebió demasiado vino. Vio a una sacerdotisa de Dionisos y empezó a seducirla. Esto se consideró un gran pecado, por lo que fue severamente castigado. Fue despedazado por animales salvajes. Por compasión, los dioses convirtieron su cuerpo en una impresionante flor, la orquídea.